martes, 30 de agosto de 2011

Señoras y señores, con ustedes, la frustración!

No concibo la derrota.
La pruebo, la mastico, la vuelvo a masticar triturandola en miles de pedazos para ver si la puedo tragar. Quiero que ese mal trago pase por mi esófago de una buena vez, digerirlo, que los ácidos de mi estómago empiecen a corroerlo. Pero la derrota es más corrosiva que los ácidos que tengo, y me corroe a mí.
"Si no intentás, no ganás."
"Si no intentás, igual no tenés nada. Si intentás y fallás, tampoco tenés nada. Para eso sirve intentar: Para hacer la diferencia y ver si cambiamos el resultado."
Error 404. 
Me encantaría verlo así, es un discurso al cual recurro para darle ánimos a la gente. Desgraciadamente, todo lo que a la gente le funciona, parece no querer llevarse bien conmigo. Porque cuando yo estoy a punto de enfrentarme a algo, soy cobarde. 
Hay una diferencia entre no tener nada por haber fallado, que por no haber intentado.Sí, la razón es puramente cobarde y sí, muchos la criticarán. 
Básicamente, si no intentás, quiere decir que no pusiste a prueba tus capacidades. No inspeccionaste cuán inútil ser inacabado sos. No ganás nada, no perdés nada. Si decidís lanzarte y fallás, no ganás nada... positivo. Porque las cosas negativas llegan, ¡y cómo llegan! Llegan a raudales, golpean la puerta de tu casa y vienen a molestarte. Irrumpen tu sueño, tu calma, tu paz. Lo que ganás si fallás, es ese eterno sentimiento de inutilidad, esa voz chillona que hace eco en tu cráneo, "FALLASTE, FALLASTE, FALLASTE". El mensaje a tu corazón, con copia adjunta a tu cerebro, dice que no sos lo suficientemente bueno, ni inteligente, ni habilidoso, ni lindo. Al fallar, la frustración te trae a la desesperación (es una buena amiga, nunca te deja!). 
Si fallamos, nos odiamos. Nos odiamos a nosotros mismos, sin importar que a los demás no les interese lo mal o bien que nos vaya en nuestras vidas. 
Es cobarde. Pero real.

No alcanza lo que hagamos, no alcanza que lo anhelemos, no alcanza que luchemos. A veces no somos capaces, a veces somos unos verdaderos discapacitados mentales.
A veces... 
A veces simplemente no alcanza.

2 comentarios:

  1. El estado de ánimo es decisivo y a veces por ahí no nos interesa intentar, de todas formas sigue siendo la mejor manera de conseguir las cosas, si no probamos hacer algo después no podemos quejarnos, pero resignarse es lo peor que hay, no me gusta para nada esa palabra: "resignarse".

    Había un cuento de un elefante del circo que era capaz de todo tipo de trucos y piruetas, tenía también una gran fuerza. Sin embargo cuando el circo no estaba dando una función, bastaba atarlo con una cadena a una estaca clavada en el suelo, el animal podía soltarse e irse, pero no lo hacía. ¿Por qué no se liberaba él mismo? Porque de muy chiquito lo habían atado a esa misma cadena. De cachorro seguramente había intentado muchos veces liberarse pero sin éxito, por eso de grande ya había asumido que era imposible librarse cuando en realidad ya estaba en condiciones de poder hacerlo.

    A veces asumimos que algo es imposible cuando quizás en algún otro mometo lo fue (o quizás no) pero siempre vale la pena intentarlo. A veces no conseguís lo que querés, pero algo mucho mejor que nada podes lograr. Sin embargo admito que es muy feo no haber logrado algo después de haberse esforzado, abandonar es una tentación, pero no es lo mejor.

    Saludos Maru!
    Que tengas una nice week!

    Bellis

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  2. Maru querida, tal vez llegué un poco tarde a este post... pero quiero que sepas un par de cosas:
    Me siento bastante identificada, ya me conoces. Sé que el fracaso es lo peor, ver que todo el mundo triunfa en lo que intenta y vos sos un pato de chacra (un paso una cagada). Pero no te sentís mejor cuando ves q te moves por algo que te importa? para mi algo peor que el fracaso es la pasividad, sentir que quiero cambiar las cosas que no me gustan y quedarme en el molde, sólo con las quejas. Creo que por más duro que sea prefiero fracasar a ser una pasiva que ve como la vida le pasa por al lado sin hacer nada, de brazos cruzados.
    Hay una superabundancia de cosas negativas, el verdadero trabajo y lo más difícil es ver las cosas buenas de esa fracaso, aprender de los errores (muuy fácil decirlo, casi imposible de concretar, pero hay que intentarlo).
    Me parece que está muy bien que escribas este tipo de cosas tenes todo el derecho de expresarte y si queres decir que el mundo es una mierda y que queres que todos se vayan a cagar, HACELO. Descargate y después pensá si es mejor arriesgarse o quedarse sentado.
    Te quiero mucho Maru.

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