lunes, 20 de febrero de 2012

Libros

  Entre estas páginas, me siento bien. Parpadeando lo menos posible, para no perder segundos de leer esas letras formando palabras, formando párrafos, formando capítulos, formando una historia.

  Entre esta tapa y contratapa, me siento en paz.

  Me siento en paz porque no me siento yo. Soy otra. Soy un vampiro, una damisela en peligro, un robot, un fanático de la ultraviolencia, una bruja, una rebelde contra el sistema, una psicoanalista. No soy yo, y este escape me salva de mí misma.  Me salva porque dejo de ser yo, me saca de mí.

  Déjenme así.

martes, 14 de febrero de 2012

Hipster system failure

  Y ahí estaba, el pretencioso chico de no más de veintiun años esperando el colectivo. Con sus jeans largos a pesar de ser unos días más calurosos del año, escuchando música de los tan reconicbles auriculares blancos de Apple, unos anteojos con marco negro grueso y el corte de pelo un tanto desprolijo. Sólo le faltaba la cámara reflex colgando cómodamente de su cuello.
  Entonces lo vi. El hipster pretencioso llevaba una remera negra, con las siguientes palabras blancas escritas en una letra Arial: "EL SISTEMA FALLA".
  Procederé a ilustrar sin entrar en detalles escabrosos lo que ocurría en mi fuero interno:




















PARÁ. NO TE SUBAS AL BONDI Y DAME UNAS CUANTAS EXPLICACIONES. RESPONDÉ UN PAR DE PREGUNTAS.
LA PRIMERA Y LA MÁS IMPORTANTE: ¡¿QUIÉN TE CREÉS QUE SOS?!
LAS SIGUIENTES PREGUNTAS: ¿QUÉ CARAJO SABÉS VOS DEL SISTEMA? ¿CUÁNDO TE VISTE AFECTADO POR ÉSTE? ¿QUÉ COSAS HACÉS PARA EVITAR QUE FALLE? ¿QUÉ CALAÑAS AFECTAN AL INCONSCIENTE COLECTIVO? ¿TENÉS ALGUNA PUTA IDEA ORIGINAL O AHORA LA MODA DE LOS HIPSTERS ES VER MATRIX Y CREERSE INTELECTUAL? ¿CUÁNTOS LIBROS LEÍSTE REALMENTE PARA SABER CUÁN FUCKED UP ESTÁ EL SISTEMA? ¿TE LO DIJO EL PROFESOR DE TU CURSO DE FOTOGRAFÍA? ¿LO ESCUCHASTE EN LAS CANCIONES DE INDIE? ¿TAN SI QUIERA SABÉS LO QUE ES EL SISTEMA? ¿POR QUÉ FALLA? 
CREÉS QUE TU REMERA ES MUY COOL. MUY ANTI-SISTEMA.
FARSANTE, BALBUCEANDO UNA CANCIÓN, DICIENDO QUE AMÁS SU ARTE CUANDO APENAS ENTENDÉS LO QUE DICE LA LETRA.
RIDÍCULO,  HIJO DE TODA PLASTICIDAD SISTEMÁTICA QUE CONTAMINA EL MUNDO QUE NI SIQUIERA COMPRENDÉS.
SALÍ, ALEJATE DE MI VISTA. ESTO ES DEMASIADO PARA MÍ.















Lo que ocurrió:
"Che, ahí viene tu bondi." Y en una voz casi imperceptible, sólo audible para quien esté prestando atención, mascullé: "Puto."

domingo, 5 de febrero de 2012

El reemplazo (un cuentito)


Mi vida no terminó con vos.  Sé que esto puede sonar como que soy un insensible, como que nunca me importaste, y nuestra relación se basaba solamente en conveniencias. Y si bien es cierto, no quiero que se me juzgue como criminal por hacer esto: vos me necesitabas tanto como yo necesitaba de vos.
Nuestra relación era problemática. Me maldecías por asuntos que no me incumbían, y yo siempre sentí que no me cuidabas. Es la generación del siglo XXI que te hizo descuidarme. ¡Cuántas veces preferiste pasar tardes sentada emborrachándote con tus amigas, antes que dedicarte a mí! Sin embargo, yo siempre te fui fiel.
Mi intención no es reprocharte. Al fin y al cabo, de nada sirve; ya tus ojos no ven, tus oídos no oyen,  tu cerebro ya no procesa, tu cuerpo ya no vive. Mi fin, más que hacer planteos inútiles, es el de exponer mis razones por las que hice lo que hice. Cualquiera diría que violé tu memoria, que soy un cobarde por abandonarte simplemente porque ya no respirás. Que toda nuestra vida juntos fue una farsa, un simulacro para emular una normalidad y felicidad de la cual yo carecía. Tan pronto como se sepa la noticia de que ya estoy con otra, las personas (que son  muy buenas haciendo las de jueces), sentenciarán una condena inapelable sin piedad, sin perdones ni indulgencias.
No es que las necesite. Yo estoy más allá de todas las críticas que ellos puedan hacer sobre lo que tuvimos. En este momento, nadie más que yo sabe lo especial que teníamos. Sólo yo conozco cómo saltaba de la alegría cuando vos estabas alegre. Sólo yo conozco cómo tus emociones eran también las mías. Mi ritmo siempre iba al son de tus sentimientos.
Bien sabés que tuvimos nuestros traspiés. Teníamos una relación enfermizamente simbiótica, que empezó desde el día en que naciste. Desde que tenías apenas horas de vida, yo te acompañé. Permanecí a tu lado en cada momento clave de tu corta vida, así como en cada momento prescindible que transcurrió sin pena ni gloria. Nos necesitábamos, no podíamos dejarnos. Aun así, jamás pensé que lo nuestro era tan inestable, que podía acabarse con un chispazo de la mala suerte. Pero las cosas resultaron así.
Algunos me llamarán maquiavélico, porque al poco tiempo de yacer muerta, ya te estoy dejando. Como si la excusa que necesitaba para librarme de esa relación simbiótica que tuvimos fuera la muerte. Y, como si no fuera suficiente, te reemplazo. Hago un trueque con la muerte, te cambio, pongo en tu lugar a una persona que yo ni siquiera conozco.
Estoy seguro de que entenderás que yo nunca te fallé.  Fue un auto el que te falló. Pero yo estoy bien, debo seguir. Con otra, pero seguir.  Yo tengo mucho más para dar, y espero que los jueces que lean esto sepan entender.
Lo entenderán, mientras en este momento, veo a un señor de bata blanca y boca cubierta. Con la agilidad y destreza que sólo se obtienen luego de años de llevar a cabo el mismo procedimiento, él hace una rápida incisión en tu cuerpo sin vida. Y sin más preámbulos, se dispone a extraerme de tu pecho, donde yo me alojaba dentro de tu caja torácica. Para bombear la sangre de alguien más. Para marcar el ritmo de las emociones de alguien más. Para latir en el pecho de alguien más.
Mi vida no terminó con vos.