lunes, 25 de octubre de 2010

ALGUIEN TIENE UN BOZAL?

Y después de la entrada, pasaron al plato principal: Ellos mismos.
De a poco, casi sin que se dieran cuenta. Primero fueron sacándose las cáscaras cuidadosamente. Una a una fueron separando de forma meticulosa cada una de sus defensas, hasta que quedó la pulpa, y cuando llegaron, no se detuvieron.
La pulpa se abría de forma jugosa, se dilataba mientras se les hacía agua la boca. Era una guerra, donde la consigna no era comer o ser comido, sino comer por el simple hecho de hacerlo.
Entonces empezaron a despedazarse, con garras e incisivos, a destruirse. Progresivamente se dañaron, se pusieron a temperaturas de infierno para digerirse más. Cuando uno daba un mordisco, el otro no se quedaba atrás. Cuando uno hería, el otro respondía.
Entre engaños, un mordisco.
Entre ruidos, un mordisco.
Entre luces apagadas, un mordisco.
Y la pulpa de cada uno se fue consumiendo, mordisco a mordisco y zarpazo a zarpazo.
Y cuando una pulpa se separó, la otra siguió mordisqueando. Chap chap chap. Y tuvo que contestar, tuvo que seguir devorando. Devoró aunque primero quiso zafarse y terminar con todo.
Entre lágrimas y odios, entre egoísmo y narcisismo, entre manipulaciones. Así se iban mordiendo, así se iban desgarrando.
Y tanto se mordieron, que luego no pudieron dejarse. Que sus cuerpospulpa en cáscaras iban y venían, pero el temor no los separaba.
Y siguieron mordiéndose, mordiéndose, MORDIÉNDOSE.

Y no podrán librarse de su negrura, de su maldición, de sus mordiscos, nunca más... 

2 comentarios:

  1. Maru, buenisimo!!!! ME encanta este cuento!
    Te felicito y espero escribas mas!
    besos,
    Judy

    ResponderEliminar