sábado, 14 de enero de 2012

Arrorró, mi niño

- Es desesperación con D mayúscula, ¿entendés?
- Uno quisiera.
- Vamos, hacé un esfuerzo. Quizás hoy es un mal día para hacerme entender.
- O esta es una mala vida para que te entendamos.

Se dio vuelta, y con una mirada nívea, llevando el color de luto, arrancó otro pedazo más de mi corazón.

1 comentario:

  1. "...Ah, por qué no habré parido un nudo de los víperos
    en vez de alimentar esta irrisión
    ¡Oh! Maldita sea la noche de los efímeros placeres
    donde mi vientra ha concebido mi condena..."

    No sé porqué, pero me acordé de ese poema :P
    Saludos!

    ResponderEliminar